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El Escapismo de Firewatch

Cuando comenzamos un videojuego podemos desear tener múltiples posibilidades o historias, desde embarcarnos en un viaje memorable que nos llevará hasta los límites del universo y de nuestras relaciones personales dentro de la aventura que se nos propone, ser un héroe enmascarado buscando justicia en una ciudad a priori desgastada y oscura que parece querer la autodestrucción, o simplemente saltar de izquierda a derecha con una sonrisa en la boca y un mando en nuestras manos; nuestros deseos para con la obra en cuestión pueden ser variados, pero siempre que nos adentramos en este medio audiovisual tanto como en el cine, la música o la lectura, lo que realmente estamos intentando es salir de la rutina que acapara nuestras vidas. Esta es la puerta de salida de nuestra repetición día a día, intentar pertenecer a mundos extravagantes y alejados de la realidad que nos ocupa no es sino una vía de escape para que sintamos que podemos ser distintos o para simplemente pasar un buen rato evadiendonos de nuestras responsabilidades por tanto tiempo como tengamos disponible para usar ( o malgastar, depende de la persona ) en este escapismo habitual que llamamos ocio. 

Pero a pesar de que la evasión es algo intrínseco y obligatoriamente ligado a nuestro medio como a tantos otros, son pocas las obras que no simplemente dan por hecho que esta es nuestra máxima con ellos sino que además conviertan esto en uno de sus temas. Es por ello, entre otras cosas, que Firewatch es una obra muy personal y distinta, y por ahora el mejor título que he probado este 2016 en el que vivimos actualmente. Así que me parece realmente interesante ver como Firewatch apuesta por tratar directamente esto como uno de sus ejes, por supuesto para poder hablar de esto el texto tendrá spoilers, así que si aun no has jugado a Firewatch no sigas leyendo este artículo.

La necesidad de desconexión es algo que nos ocurre a todos, por feliz que sea tu vida siempre tienes esa sensación de que en algún momento deberás desconectar y ese momento de introspección personal llegará más tarde o más temprano; Firewatch arranca ahí, Henry necesita airearse de su rutina, una rutina en la que la demencia de su mujer ha tomado presencia y se ha convertido lamentablemente en el punto primordial de su día a día. Por ello Firewatch comienza como lo hace, y es que su presentación estructura el castillo en el que se sustenta la obra y que nos hará partícipes de un verano, el verano en el que Henry quiere olvidarse de lo que vive cada mañana, tarde y noche.

 


Desde el comienzo de la obra vemos las intenciones de su protagonista, nuestro intento de guardabosques simplemente trata de abstraerse durante unos meses, algo que se ve directamente en la figura de Delilah, esa femenina voz con la que hablamos por el walkie es la principal distracción de Henry y el mayor apoyo que podemos tener durante nuestra estancia en el hermoso bosque de Wyoming; y no os engañeis, Campo Santo no quiere contarnos la historia de dos adolescentes desaparecidas, ni de una conspiración gubernamental que está en contra de nosotros por intentar saber demasiado, Firewatch presenta sus cartas desde el comienzo y nunca renuncia a ellas; este no es un salón de espejos en el que los secretos bañen la experiencia, esta es una caseta con una chimenea arropada por unas pocas personas que ocupan totalmente la importancia del relato, y aunque muchos puedan criticar esas tramas secundarias que parece intentar meter con calzador, no es sino otro mensaje que este estudio nos quiere mandar.

''...este no es un salón de espejos en el que los secretos bañen la experiencia, esta es una caseta con una chimenea arropada por unas pocas personas que ocupan totalmente la importancia del relato, y aunque muchos puedan criticar esas tramas secundarias que parece intentar meter con calzador, no es sino otro mensaje que este estudio nos quiere mandar.''

¿Por qué cuando vamos a un videojuego buscamos historias rocambolescas o al menos desligadas de nuestra más imperiosa realidad?, ¿Tal es nuestra necesidad de escapar que no podemos contentarnos con una obra basada simple y llanamente en los personajes que no sólo la pueblan, sino que la forman? Firewatch esta vez si juega la carta del espejismo de forma totalmente exclusiva para enseñarnos de una forma ejemplar que tras conspiraciones y tramas que bien podria haberse inventado un guionista barato de Los Angeles lo que se esconde no es nada más y nada menos que la historia de un padre que no ha sabido serlo y de un hijo afectado por la incapacidad de su figura paterna para ser alguien responsable. Evidentemente podemos criticar a este titulo por meter esta trama anteriormente mencionada ''con calzador'' pero no es en su parte principal tanto como en su desenlace donde se ven las ganas de sus creadores de hacernos entender qué nos quieren decir con todo esto, y es eso finalmente lo que nos ocurre tanto con las nombradas adolescentes como con nuestro protagonista, Henry tiene que ser realista con su situación.

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Podemos vivir momentos preciosos con la luna en el horizonte y una conversación subida de tono entre 2 personas solitarias que simplemente quieren olvidarse de sus problemas y ser felices aunque sea por 5 minutos; pero cuando la noche acaba y nuestras vacaciones llegan al final es la hora de volver a nuestra rutina, por muy triste o detestable que sea. Firewatch es en su núcleo una evasión, una forma de Henry de conocer a Delilah, una chica fantástica con la que establecemos algo diferente durante un hermoso verano lleno de caminatas, conversaciones, bromas y descubrimiento personal, pero es al final, cuando Delilah nos evita, cuando simplemente nos quiere recordar como una relación de verano cuando el mensaje de Firewatch cobra su máximo significado; estamos asistiendo a un sueño de verano, a un tiempo muerto en ese bravío oleaje al que llamamos vida. Y al mismo tiempo que Henry vive un verano para olvidar, nosotros degustamos un título para recordar, porque a pesar de que este sea un medio escapista, ¿por qué no buscar en él algo memorable?, ¿por qué no disfrutar de un entretenimiento maduro, sabiendo que nuestra rutina debe estar ahí y que no debemos salir de la dura realidad por completo?
 

Y es que al igual que Henry nunca olvidará ese verano tan especial con Delilah, yo tampoco borraré de mis recuerdos mis paseos por el hermoso bosque de Wyoming equipado con un walkie talkie y una mochila, porque el entretenimiento puede ser algo más, pero nunca debemos olvidar lo que tenemos delante de nosotros, nuestra realidad.

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